¿Se rompió todo? Rompan todo para la regeneración
Cada vez es más difícil entendernos entre generaciones por la velocidad a la que la vida está modificándose. Perdemos referencias: cronológicas y vitales. ¿Caos u oportunidad?
Si estudias, te irá bien, podrás posicionarte. Si trabajas, ay, si trabajas. Pero duro, durísimo, llegarás lejos. Mentira. No necesariamente es así.
La lógica del cielo pasando por el purgatorio no funciona más. Entonces, ¿por qué no ganarse el cielo hoy, ahora, ya? Hagámoslo.
El tiempo cronológico se ha derretido como un reloj de Dalí. Si el futuro no existe, como cantaban los Sex Pistols, entonces el presente es nuestro.
La promesa de escalar en una profesión y acumular lo suficiente para realizarnos termina siendo un tanto tramposa. Sobre todo cuando esa meta es cada día más difusa: no estamos trabajando en consonancia con lo que nos retribuyen ni estamos ahorrando para una apacible vejez. El tiempo de vida que invertimos no tiene retorno y, la vida misma, vale bastante más de lo que pueden pagarte por ese tiempo radicalmente tuyo.
Entonces, ¿qué hacemos? Podemos llorar porque nada es como habíamos imaginado. O bien podemos resurgir de las cenizas con un poder revolucionario. ¿Cuál? El del presente y el propósito asociado a él. Estoy aquí, ahora, para hacer algo que tenga que ver con lo que siento, que hable de mí, de lo que deseo y que, al mismo tiempo, se desarrolle en paz con los demás. Sin la competencia absurda que caracteriza a esta época.
¿Hacia dónde estás corriendo?, ¿qué cabezas merece tanto la pena pisar? Probablemente ninguna.
No hay nada más grande que la paz frente al espejo.
Debemos crear una narrativa que nos reubique en ese centro: no estamos juntando más ramitas para mañana tener un lindo fuego. El fuego, hoy, ahora, ya, somos nosotras, nosotros, en eje con lo que nos hace bien después de habernos escuchado de forma honesta y profunda.
Esta es una inmensa revelación.
Bienvenida, SAVIA.
Para crear un fuego purificador y regenerativo no se pueden usar sólo ramas viejas, aunque sean también útiles para escuchar cómo prender el inicio de la hoguera. Hay que tejer nuevos senderos para llegar justo a donde queremos llegar. Y no es mañana, insisto, es hoy. No hay excusas que valgan.
Tejer es algo que suelen hacer las mujeres, aunque hay hombres especiales, como mi padre, que también teje. A mi padre lo vais a conocer próximamente porque él también será parte de nuestro club Savia. ¿Por qué? Porque con él entendí cómo la tierra puede darnos todo lo que necesitamos para estar en paz. La tierra no defrauda, me dijo en nuestra última conversación. Ya os contaré cómo compartiré esos diálogos para que nos ayuden a repensarnos en perspectiva, con otras generaciones de una manera más sana, conectando con la tierra y la raíz.
Pero retomemos: toca tejer.
Se trata de crear una nueva red en la que sepamos que mañana no existe y que, en consecuencia, el presente es lo único que tenemos. Entonces, no cabe la duda, no cabe el miedo y no cabe la promesa. Algo que también nos enseña la naturaleza: los ciclos son parte de la vida y, si bien no debemos centrarnos en lo que sucederá mañana, sí debemos saber que nada es para siempre y que lo que hoy muere, mañana abonará la tierra para volver a florecer. Todo pasa.
De esos ciclos que tienen que ver con la raíz se nutrirá nuestro propio club. Agua, fuego, tierra y aire serán una práctica que tejeré mensualmente para que me acompañes, si quieres, a reequilibrarte y a avanzar hacia una sabiduría que nos transforme.
Para no suspirar por un futuro que ya no existe.
Para aceptar que, si el presente es lo único que tenemos, entonces abracemos la inmensa oportunidad que implica mirar al horizonte y saber que podemos hacerlo nuestro hoy, ahora, ya.
El mundo está lleno de vacíos donde nadie mira y, sin embargo, la vida continúa. Más plena. Más salvaje.
Viva.
Como la naturaleza.
Estará ahí siempre, vengas o no.
¿Vendrás?
Si quisieras más información sobre en qué consistirá el club SAVIA y esto fuera Instagram, te diría que escribas CLUB en comentarios y te mandaremos toda la información. Pero como estamos en Substack y ya dije que, no solo no tengo prisa, sino que tengo la determinación de no tenerla, de que disfrutemos este proceso, sólo te diré que voy a seguir desgranando la práctica del club en próximas entregas.
Para ir preparándonos. Porque esto recién empieza.
Y la construcción de este espacio nos pertenece.
Sí, a ti también.
¡Hasta la próxima huella!
🥰